Tareas cumplidas en el campo de la
crítica y la historia de la literatura
Después de haber escrito, durante sus estudios de literaturas clásicas
en el Instituto Superior de Humanidades Clásicas que regentaba el
prestigioso humanista P. Aurelio Espinosa Pólit, S. I., algunos ensayos
sobre obras y autores latinos y griegos, que el autor ha preferido
mantener inéditos, como profesor de literatura en el colegio "San
Gabriel" de Quito, escribió textos críticos sobre grandes novelas del
siglo XX y sobre autores y obras que por alguna razón concitaban interés
del público. Así uno sobre Pasternak, con motivo de su Premio Nobel. Se
publicaron en diversas revistas del medio. "El Comercio" de Quito
publicó artículos como "Presencia del Padre Aurelio Espinosa Pólit·" (29
enero 1961) o "Liliana y Lautaro, dos creaciones de "La Llave del
Abismo" ( 13 agosto 1961).
Cuando
viaja a España a realizar estudios de Teología y materias afines en la
Pontificia Universidad de Comillas es invitado a escribir artículos de
crítica literaria en la revista dela Universidad "Humanidades". Allí
aparecen importantes textos críticos como el largo ensayo "Los Hermanos
Karamasovi un himno a la alegría" (No. 34,34 pgs) o "La
novela nueva llamada a juicio" (No 34, 11 pgs.).
"Cuadernos Hispanoamericanos" publica su panorámica "Teatro
Ecuatoriano"" (abril 19645, 39 pgs), primer artículo sobre teatro
ecuatoriano aparecido en España.
Su
ensayo "Sobre libros prohibidos", publicado en "La Estafeta Literaria"
(No275, septiembre 1963), y el que seguiría "Los libros
buenos y malos y la edad juvenil" (No 312, febrero 1965)
provocan descomunal escándalo en la España franquista, donde aún estaban
vigentes rígidas censuras eclesiásticas de libros y lecturas.
El
prestigio que le han valido publicaciones como estas hacen que se le
invite a formar parte del grupo de críticos y estudiosos de la
literatura, el arte y el cine que preparaban la aparición de la revista
"Reseña", que apuntaba a ser para públicos de España e Hispanoamérica lo
que era la revista "Letture" de los jesuitas italianos: revisión crítica
periódica de literatura y artes. "Reseña" le encarga la sección
latinoamericana, y allí hace la presentación para España de las grandes
novedades de la novela latinoamericana. Los suyos de "Reseña" son o los
primeros o de los primeros comentarios aparecidos en España sobre "La
ciudad y los perros" de Vargas Llosa (abril 1964) "El Señor Presidente"
de Asturias (octubre 1964), "Rayuela" de Julio Cortázar (junio 1966),
"Gestos" de Severo Sarduy (abril 1965), y otros. Su comentario de
"Leyendas hispoanoamericanas" de García Nieto y Tomás Comes (diciembre
1964) es un verdadero ensayo sobre la leyenda misma y la leyenda
hispanoamericana
Para
el ensayo largo que abría cada número de "Reseña" escribe "Pablo Antonio
Cuadra, poeta cristiano de América" (junio 1965) y un paralelo entre la
novela indigenista ecuatoriana "Huasipungo" y la modernista argentina
"Don Segundo Sombra".
De
vuelta en Quito, en 1966, se vincula con el diario quiteño "El Tiempo",
que le encarga una página cultural diaria. En ella crea una sección, que
aparecía los lunes, titulada "El libro de la semana" y dedicada al libro
más importante aparecido en esa semana, preferentemente de literatura y
nacional. Por más que algunas de sus críticas pareciesen duras, la
columna es recibida con beneplácito porque según no pocos autores -como
el novelista Pedro Jorge Vera- en el país no había crítica rigurosa y
casi ni se hacía crítica. El Departamento de Extensión Cultural del
Concejo Municipal de Cuenca reúne algunos de esos comentarios dedicados
a autores cuencanos en el libro Señales del Sur (1970). En él el
editor, el escritor Hugo Darquea, escribe: "Hernán Rodríguez Castelo es,
en la actualidad, el talento crítico de mayor lucidez en el Ecuador".
En la
página editorial del diario "El Tiempo" mantiene, además, la columna
semanal "Microensayo". Muchos de esos microensayos lo fueron de crítica
de obras y autores nacionales y extranjeros. Así los dedicados a la
literatura infantil, aún no reconocida en toda su importancia en
Ecuador: "Tres vertientes de la gran literatura infantil contemporánea"
y "Gran literatura contemporánea para niños". Otros hicieron crítica de
obras del Ecuador, Latinoamérica y el mundo, al estilo de "¿La novela de
los nuevos curas?" (14 octubre 1978). Son decenas, acaso centenares, de
pequeños ensayos que no han perdido nada de su actualidad.
En "El
Tiempo" escribe también otros textos críticos más largos, como
"Gangotena, Escudero y Carrera Andrade: tres cumbres del siglo" (19
noviembre 1972) -que consagró a esos tres poetas como los más grandes de
la lírica ecuatoriana del siglo, opinión generalizada desde entonces-,
"El libro ecuatoriano en el año del libro" (14 enero 1973), "Tomas Mann,
el novelista" (I parte, 13 julio 1975:II, 20 julio 1975), "La lírica
femenina ecuatoriana" (I parte 24 agosto 1975; II, 31 agosto 1975),
"Lírica ecuatoriana. Primer balance de la generación de 1950" (19
noviembre 1978).
Mantiene también, primero en "El Tiempo" de Quito y más tarde en
"Expreso" de Guayaquil, una columna de temas idiomáticos, "Idioma y
Estilo". Algunas veces dedicó series de esa columna a grandes obras y
autores. Así a Platero y yo y a Benjamín Carrión cuando murió:
"Benjamín Carrión, el suscitador y el consagrador"," Benjamín Carrión,
el crítico", "Benjamín Carrión, el ensayista", "Benjamín Carrión, el
prosista y su estilo" y "La más alta y total lección del prosista y el
hombre" ( "Idioma y Estilo", artículos 1634-1639, "Expreso" marzo-abril
1979)-
Para
"Expreso" de Guayaquil crea la columna "De Libros y gentes", que dedica
con frecuencia a crítica de autores y obras. Así, p.e., "Mi Dostoyevski"
(27 diciembre 1981), "La última novela de Vargas Llosa" (dos partes,
diciembre 1982), "Cuentos infantiles de nuestra América" (14 abril
1985), "La novela del "Rómulo Gallegos" 1989" (1 enero 1991) o "Simbad
salió de Bassra" (24 enero 1990), y en el suplemento del diario
publica también textos críticos: "El gran libro de lírica del 82" (en
"Semana" de "Expreso", 20 marzo 1983)
Con
motivo del sesquicentenario de la República publica en la revista
"Mensajero" el largo ensayo "150 años de literatura ecuatoriana" ( dos
entregas, mayo 1972).
Elegido Miembro de la Academia Ecuatoriana de la Lengua, comienza a
publicar textos críticos y de historia de la literatura en su órgano
"Memorias de la Academia Ecuatoriana Correspondiente de la Española":
"La "Historia del Reyno de Quito", obra maestra de la narrativa"
("Memorias", 33, 1972, pgs. 4-25), "Velasco Ibarra, el orador"
("Memorias", 51, 52, 53, enero-diciembre 1974, pgs.183-204).
Publica también estudios histórico-críticos en el "Boletín de la
Academia Nacional de Historia", Academia de la que fue Miembro: "El
siglo XVIII quiteño" ("Boletín" 126, julio-diciembre 1975,pgs 78-94),
"La guayaquileña Catalina de Jesús Herrera, religiosa de coro del
monasterio de Santa Catalina de Siena" ("Boletín", 129-130,
enero-diciembre 1977, pgs, 143-184), "Don Ignacio Flores sin novela y
un académico de la historia" ("Boletín", 139-140, enero-diciembre 1982,
pgs. 277-283).
Importantes periódicos de América le publican ensayos de crítica
literaria -a más de numerosos de crítica de artes visuales-: "Yo, el
Supremo" ("La Prensa", Lima, 25 diciembre 1976), "Autora de "Memorias de
Adriano" está ahora entre los inmortales" ("Última Hora", La Paz, 23
mayo 1981).
En
1971, con el empresario guayaquileño Tomás Rivas Mariscal, asume la que
Benjamín Carrión llamó "la más grande proeza intelectual": la
publicación a semana seguida de los cien volúmenes de la "Biblioteca de
Autores Ecuatorianos" de "Clásicos Ariel". La selección de las obras, la
elaboración de los volúmenes antológicos (de lírica, cuento, teatro,
oratoria), así como la escritura de los textos introductorios de cada
volumen significan la más sostenida, rigurosa y penetrante tarea de
crítica literaria que se hubiese emprendido en el Ecuador. Los estudios
preliminares se extendieron con frecuencia a decenas de páginas. En el
número 1, ese estudio fue sobre la "Historia del Reino de Quito" del P.
Juan de Velasco, obra pionera y clásica de la historiografía
ecuatoriana."Analiza, mejor que cuantos lo hicieron antes, de manera
magistral, la obra admirable de Velasco y principalmente su forma de
narrar, su estilo y lenguaje" -escribió el gran historiador Carlos
Manuel Larrea.
Otros
ensayos críticos importantes fueron los dedicados a los "Cuentos" de
José de la Cuadra (N. 2), "Capítulos que se le olvidaron a Cervantes" de
Juan Montalvo (N.3), "A la Costa" de Luis A.Martínez (N. 4), "Don Goyo"
de Demetrio Aguilera Malta (N. 6), el estudio "La generación romántica"
en "Poetas románticos" (N. 9), "Novelitas ecuatorianas" de Juan León
Mera (N. 10), "El éxodo de Yangana" de Ángel F. Rojas (N. 12), "Cumandá"
de Juan León Mera (N. 16), "Cosas de mi tierra" de José Antonio Campos
(N. 19), "Para matar el gusano" de José Rafael Bustamante (N. 21),
"Leyenda de Hernán" de Remigio Crespo Toral (N. 24), "Los animales
puros" de Pedro Jorge Vera (N. 26), "Los que se van" de Joaquín Gallegos
Lara, Enrique Gil Gilbert y Demetrio Aguilera Malta (N. 30), "Manuela
Sáenz" de Alfonso Rumazo (N. 323), "El árbol del bien y del mal" de
Medardo Ángel Silva (N. 33), "El chulla Romero y Flores" de Jorge Icaza
(N. 37), "Atahualpa" de Benjamín Carrión (N. 38), "Poesías escogidas" de
José Joaquín Olmedo (N. 40), "Crónicas del Guayaquil antiguo" de Modesto
Chávez Franco (N. 41), "Las pequeñas estaturas" de Alfredo Pareja
Diezcanseco (N. 47), "Artículos de costumbres" de José Modesto Espinosa
(N. 52), "Pacho Villamar" de Roberto Andrade (N. 54), "El nuevo Luciano
de Quito" de Eugenio Espejo (N. 56), "Otros modernistas" (N. 57) (con
estudios críticos de los poetas Noboa y Caamaño, Arturo Borja, Humberto
Fierro, Alfonso Moreno Mora y José María Egas), "Nuestro pan" de Enrique
Gil Gilbert (N. 59), "Biografías y semblanzas" de Manuel J. Calle (N.
64), "Las Catilinarias" de Juan Montalvo (N. 65), "Argonautas de la
selva" de Leopoldo Benítez Vinueza (N. 69), "Obras escogidas" de Fray
Vicente Solano (N. 7) ("El estudio preliminar persigue tenazmente la
figura, el espíritu y la prosa de tan sugestivo personaje"), "Discursos
en las Cortes de Cádiz" de José Mejía Lequerica (N. 75), "La tierra de
cristal obscurecida" de Atanasio Viteri (N. 78), "Historia del Ecuador"
de Pedro Fermín Cevallos (N. 79), "La espina" de Alejandro Carrión (N.
82), "Linterna mágica" de José Antonio Campos (N. 84), "Los otros
postmodernistas" (N. 89) (con estudios críticos de Wenceslao Pareja,
José Antonio Falconí Villagómez, Remigio Romero y Cordero,. Hugo Mayo,
Miguel Ángel Zambrano, Hugo Alemán, Miguel Ángel León, Aurora Estrada,
Augusto Arias, Abel Romeo Castillo, G. H. Mata, César Andrade Cordero,
Manuel Agustín Aguirre, José Rumazo y Jorge Reyes), "Los de Elan y una
voz grande" (N.90) (en que se destaca el largo y pentrante ensayo
crítico sobre César Dávila Andrade, aunque son sugestivos sus estudios
de los otros poetas: Sacoto Arias, Lasso, Suárez Veintimilla, Robayo,
Atanasio Viteri, Llerena, Vacas Gómez, Jorge Guerrero, Adalberto Ortiz,
Bazante, Alejandro Carrión, Pedro Jorge Vera, Estupiñán Bass y Alejandro
Gómez), "Cuento del XIX y Timoleón Coloma" (N. 95) (Estudio del
nacimiento y primer desarrollo del cuento ecuatoriano a través de dos
generaciones literarias del siglo XIX), "Gobierno eclesiástico
pacífico" de Fray Gaspar de Villarroel (N. 99).
Los
estudios introductorios de los cuatro tomos dedicados al teatro
ecuatoriano constituyen la mejor historia de ese teatro y crítica de las
obras incluidas en esos volúmenes: I. Arengas - Sainete del
mercachifle - Receta para viajar(N. 17), II: Teatro de los poetas:
Paralelogramo, Velorio del albañil, La furiosa
manzanera(N. 36), III: Teatro social: Flagelo, El tigre,
El dios de la selva, Infierno negro (N. 56), IV: teatro
contemporáneo: En los ojos vacíos de la gente, Q. E. P. D.,
Casandra, el payaso y el vagabundo, Un extraño en la niebla
(N. 98)
El N.
100 de la Biblioteca fue una obra de Hernán Rodríguez: Literatura
ecuatoriana. Pero solo alcanzó a tratar la literatura precolombina,
la literatura del siglo XVI y el comienzo de la del siglo XVII.
Continuar esa historia de la literatura ecuatoriana sería la mayor
empresa del historiador y del crítico. En 1980 apareció en un volumen de
583 páginas la tercera parte de esta "Historia general y crítica de la
Literatura Ecuatoriana": Literatura en la Audiencia de Quito. El
siglo XVII.En 2002 salió la cuarta parte: Literatura en la
Audiencia de Quito. El siglo XVIII(2.vls., 1592 pgs.). Esta historia
crítica, que se ocupa, de modo exhaustivo y con gran rigor, de autores
de los que nadie había dicho nada y de otros de quienes se dijeron cosas
muy breves y superficiales, y dedica a autores y obras fundamentales
largos y penetrantes capítulos ha sido calificada de "Monumental "(
Simón Espinosa, Patricio Quevedo, Marco Antonio Rodríguez). Los tomos
del siglo XVIII recibieron el premio "José Mejía Lequerica" a la mejor
obra de historia del año. La siguiente parte, que comprende la
independencia y comienzos de la república, 1800-1860, terminada, ha sido
entregada a la Casa de la Cultura Ecuatoriana para su publicación.
Esta
"Historia general y crítica de la literatura ecuatoriana" le abrió las
puertas de la Academia Nacional de Historia. El criterio que presidía
estas calas en la historia desde la literatura y, a la vez,
iluminaciones de los textos literarios por el marco histórico, lo
desplegó en su discurso de ingreso en la Academia: "La literatura,
iluminación profunda de la historia" (publicado en el "Boletín de la
Academia Nacional de Historia", ns. 159-160, enero-diciembre 1992)
Sus
estudios de la literatura colonial quiteña -y en especial del gran poeta
Juan Bautista Aguirre- interesan vivamente al gran intelectual Ángel
Rama, quien le pide que prepare un tomo para la Biblioteca Ayacucho.
Aparece ese volumen, como el 112 (1984): Letras en la Audiencia de
Quito (Período jesuítico), con largo ensayo introductorio "Sociedad
y literatura en la Audiencia de Quito". Ese ensayo sería incluido en la
antología Crítica literaria ecuatoriana. Hacia un nuevo siglo(Quito,
2001, pgs. 57-141)
Continúa publicando libros de crítica literaria: Benjamín Carrión, el
hombre y el escritor (1979), 1969-1979 diez años de cultura en el
Ecuador (1980), Habla y estilo de Bolívar (1981).
"Cultura", la revista del Banco Central, publica, en su número 3
(enero-abril 1979), su largo ensayo "La lírica ecuatoriana en la segunda
mita del siglo XX" (Pgs. 201-262), estudio de la lírica del perìodo con
rigurosa aplicación del método generacional. Fue su ponencia en el
Encuentro de Escritores del año anterior.
Círculo de Lectores Ecuador publica en Bogotá una obra fundamental para
la literatura ecuatoriana del siglo: los dos tomos de Lírica
Ecuatoriana Contemporánea(1980). Análisis crítico de la trayectoria
de los poetas de las dos últimas generaciones literarias ecuatorianas,
precedido de una amplia visión panorámica de la poesía ecuatoriana del
siglo. La obra no ha sido superada y sigue siendo instrumento
fundamental para el conocimiento y penetración en la literatura
ecuatoriana del siglo XX.
En
1994 dirige la colección "Joyas de la Literatura Ecuatoriana" de
Círculo de Lectores. Elige las obras, escribe los estudios
introductorios de algunos volúmenes y prepara el tomo de la colección
Antología de la poesía ecuatoriana, rica de comentarios críticos de
períodos y autores.
Literatura ecuatoriana 1830-1980
(1980)
es una visión de la literatura ecuatoriana en los primeros ciento
cincuenta años de república, generación por generación, con breve
juicio crítico de los principales actores de esa literatura.
Su
interés por la literatura infantil lo había llevado, en sus años
españoles, a hacer crítica de las obras de esa literatura que empezaban
a llamar la atención en España. En el largo ensayo escrito para
"Humanidades", la revista de la Universidad de Comillas, "Nuevos grandes
libros para niños", tras una primera parte en que se ofrece una amplia
visión de esa literatura desde sus primeras manifestaciones hasta el
presente, hizo largo ensayo crítico de Rasmus y el vagabundo de
Astrid Lindgren, y estudió otras obras de literatura infantil de Europa
y España.
Ya en
América, designado representante del Ecuador al Congreso organizado en
Panamá para honrar la memoria de Andrés Bello, en 1981, presentó como
ponencia una propuesta de marco teórico para el estudio y crítica de la
literatura infantil. Pero, al ser el tema tan fundamental, y a la par
tan complejo y rico, llevó al Congreso todo un libro sobre el mismo
tema: Claves y secretos de la literatura infantil y juvenil (Poética,
Estética, Retórica y Ética). El libro fue acogido calurosamente y,
llevado a sus países por los asistentes al encuentro, se convirtió en
guía indispensable para aproximaciones a la literatura infantil y
juvenil en América Latina.
Había
publicado en España unas primeras guías de lectura por edades ("300
obras de literatura infantil y juvenil", "Educadores", Madrid, n. 33,
mayo-junio 1965); pero eran solo un listado, con datos elementales (como
las fechas de autor y libro). Posteriormente amplió esas guías y puso
junto a cada obra recomendada un breve estudio (Grandes libros para
todos, Bogotá, 1975). Estas tareas culminaron en una obra tan
extensa como importante: El camino del lector. Guía de lectura. 2.600
libros de narrativa. Catálogo selectivo, crítico y comentado de lecturas
de placer y diversión. Por niveles de edad desde los primeros pasos del
lector hasta la madurez del lector juvenil (6 a 18 años) según
categorías literarias y psicológicas (2 tomos, 974 Pgs., 1988). El
prestigioso editorialista de "El Comercio" Patricio Quevedo ha visto en
la obra, a la que se refirió como "la mayor hazaña de lectura y
análisis, que, presumiblemente, se debe a una sola persona en lengua
castellana" ("El Comercio", Quito, 30 mayo 2000), una verdadera historia
de la literatura universal, solo que por escalones según su complejidad
para el lector. Como para el autor la madurez del lector no es cosa
cronológica, sino cultural, el libro presenta los mayores autores de las
grandes literaturas del mundo, incluida la nueva literatura
latinoamericana -hasta llegar a Proust, Joyce, Calos Fuentes y Lezama
Loima-, con rigurosos y extensos análisis críticos de sus obras. Por
ello la monumental obra, de especial importancia para guiar lecturas de
niños y jóvenes, resulta uno de los trabajos más ambiciosos y logrados
del crítico literario.
Se
abrió otro espacio a su tarea crítica de la literatura infantil y
juvenil cuando se hizo cargo, en 1983, del suplemento infantil del
diario guayaquileño "Meridiano". En esa revista semanal, llamada "Caperucito",
presentó semana a semana, con comentarios críticos al alcance de
maestros y aun de pequeños lectores, un gran libro de literatura
infantil de los clásicos a los últimos, y en la sección "Un poema y tú"
entregó una poesía para niños con breve biografía del poeta y pequeño
comentario crítico del poema. En forma de folletín publicó textos largos
como "Wagner, el último gran romántico" (del número 1 al 32, agosto 1983
a marzo 1984) o "El cuento de la vida de Andersen" (del número 29 al 36,
marzo-abril 1984).
Estas
tareas de crítica de la literatura infantil universal, americana y
ecuatoriana se completarían con las siguientes obras:
Charles Perrault. Cuentos,
publicado para conmemorar el tercer centenario de la aparición del
clásico. Traducción de los cuentos, discusión de su problemática y
análisis crítico (1997).
El
fascinante mundo de la literatura infantil y juvenil,
publicado en 2007, dentro de la Campaña Nacional Eugenio Espejo por el
libro y la Lectura.
Historia de la literatura infantil y juvenil,
editado por la Universidad Técnica Particular de Loja, dentro del
programa de su Maestría en Literatura infantil (2011).
Análisis de las obras clásicas de la literatura infantil y juvenil,
editado también por la Universidad Técnica Particular de Loja, dentro
del programa de Maestría en Literatura Infantil y Juvenil (2011)
(Titulado originalmente Análisis y crítica de la literatura infantil
y juvenil, y es un pequeño tratado para guiar el trabajo crítico de
esa literatura).
Los
cuentos más bellos del mundo
(2011)
en que traduce, presenta la vida del autor y otros contextos y hace
análisis estilístico, de su génesis y de sus significados profundos de
los cuentos "Cenicienta" de Charles Perrault, "Hansel y Gretel" de Jacob
y Wilhelm Grimm, "Bella y la Bestia" de Jeanne Marie Leprince de
Beaumont, "La Sirenita" de Hans Christian Andersen y "El príncipe
feliz" de Oscar Wilde (583 pgs).
En
2005 hizo una amplia panorámica histórico-crítica sobre el período en
que iba a instalar la nueva parte de su Historia General y Crítica de
la Literatura Ecuatoriana: 1800-1860 en el mundo y en América
Latina.
En
2007 comienza a publicar libros sobre grandes autores ecuatorianos del
período 1800-1860. A una biografía especialmente documentada y rigurosa,
titulada "La vida y la obra en la vida", sigue, como una segunda parte,
un análisis de crítica formal y hermenéutica de su escritura. Hasta el
momento se han publicado estos volúmenes:
Pedro
Moncayo
(2007)
Benigno Malo(2008)
Francisco Xavier Aguirre Abad
(2008)
Olmedo, el hombre y el escritor
(2009)
Vicente Rocafuerte
(2010)
Manuela Sáenz
(2011)
Mejía,
voz grande en las Cortes de Cádiz
(2012)
Con
ocasión del bicentenario del movimiento libertario quiteño, del 10 de
agosto de 1809, publica Lírica de la Revolución Quiteña de 1809-1812
(2009)
Y hace
largos estudios histórico-críticos de la escritura de grandes figuras de
los próceres de Agosto: "Miguel Antonio Rodríguez, la escritura de uno
de los grandes de Agosto" ("Memorias de la Academia Ecuatoriana de la
Lengua, N.67, 2007); "La escritura de los hombres de Agosto" ("Boletín
de la Academia Nacional de Historia", N.181, 2009) y"Manuel Rodríguez
de Quiroga" ("Boletín de la Academia Nacional de Historia", N.183,
2010). Y dedica un ensayo crítico a La Camila de Fray Camilo
Henríquez : "La obra de teatro que se escribió tras el 2 de Agosto
trágico" ("Boletín de la Academia Nacional de Historia", n. 184, 2011).
Su
libro sobre Mejía se presentó en el acto con que la Academia Nacional de
Historia del Ecuador conmemoró los 200 años de la primera Constitución
de Quito (febrero de 2012)
El
primer volumen de la "Biblioteca de Lingüística Ecuatoriana" de la
Academia Ecuatoriana de la Lengua es su edición del Breve catálogo de
errores en orden a la lengua i al lenguaje castellano de Pedro Fermín
Cevallos. Se hace allí una edición crítica de la obra, compulsando
las seis ediciones diferentes aparecidas en vida del autor, se presenta
una documentada biografìa del autor y se hace un análisis de su prosa en
otras obras y lingüístico del trabajo lexicográfico del Breve
Catálogo (2008, 383 pgs)
Dado
el peso de su palabra crítica, se le invita a coloquios, congresos y a
presentar libros (presenta en Quito, invitado por la editorial "La Oveja
Negra", El amor en los tiempos del cólera" de García Márquez).De
entre numerosos textos críticos publicados cabe destacar estos:
"Lírica ecuatoriana: los últimos treinta años" en La literatura
ecuatoriana en los últimos 30 años (1950-1980) (1983)
"Alejandro Carrión en la Academia" (en "Memorias de la Academia
Ecuatoriana de la Lengua", n. 55, 1986).
"El
Espejo de Primicias de la "Cultura de Quito" ", ensayo preliminar de la
edición facsimilar del primer periódico quiteño (Edición del Colegio de
Periodistas de Pichincha, 1996, pgs. 9-156)
Ramón
Viescas, el lírico mayor del destierro y gran figura de la prosa
polémica
(1998)
"La
prosa de Manuel J. Calle en la evolución de la prosa ecuatoriana" (en
Visión actual de Manuel J. Calle, 1988, pgs. 141-188).
"La
poesía ecuatoriana 1970-1981" (En "Revista Hispanoamericana", Nos.
144-145, diciembre 1988, pgs. 819-849)
"Alfredo Pareja Diezcanseco, novelista y hombre de letras" ("Memorias de
la Academia Ecuatoriana", N. 58, 1990)
"La
lírica en la década 1979-1989" (en "Letras del Ecuador", N. 172, 1990).
"Un
jesuita en la Academia" ("Memorias de la Academia Ecuatoriana", N. 58,
1990).
"Un
centenario. Maiakovski, el poeta de la revolución" ("Revista Nacional de
Cultura, N.1, noviembre 1993, pgs. 47-66).
"El
humanaismo de Aurelio Espinosa Pólit" ("Revista Nacional de Cultura",
N.3, 1994, pgs. 9-33)
"Lírica ecuatoriana contemporánea" (en "La poesía nueva en el mundo
hispánico", Madrid, El Visor, 1994)
"Lectura de Juan León Mera" ("Memorias de la Academia Ecuatoriana",
N.61, 1997, pgs. 6-42).
"Nuestra primera académica" ("Memorias de la Academia Ecuiatoriana", N.
165, 1997,pgs. 109-116).
"La
generación del 98" (Revista "Diners", N. 196, 1998)
"Ángel
F. Rojas, crítico literario e historiador de nuestra literatura"
("Memorias de la Academia Ecuatoriana", Ns. 64-65, 2003).
"El
maravilloso cuento de los cuentos de Andersen" ("El Búho", N.12, 2005).
"Relectura de "Adán Buenosayres" (en Libro de amigos. Homenaje a
Jorge Salvador Lara,vol.II, 2005,pgs. 799-818).
"Los
Capítulos que se le olvidaron a Cervantes: imitación sin humor de un
humor inimitable" ("Memorias de la Academia Ecuatoriana", N. 66, 2006)
"Pedro
Fermín Cevallos, nuestro primer lingüista" ("Podium", Guayaquil, N.11,
2007)
"Jacinto Cordero Espinosa. Poesía dispersa" (en el libro de igual
título, 2008)
"Ricardo Palma,plenitud de apropiación de la prosa castellana en
América" (leído en el Instituto "Ricardo Palma" de Lima, publicado en
Ecuador en "Memorias de la Academia Ecuatoriana", n. 68, 2008).
"La
Galería de Místicos e insurgentes" de Jorge Carrera Andrade", largo
ensayo escrito para la reedición del libro de igual título (2009).
"Solano, Dolores Veintimilla y la pena de muerte" (En Libro de
homenaje a Plutarco Naranjo Vargas, 2010, pgs.175-197)
"La
oración fúnebre del 2 de agosto de 1811" ("Boletín de la Academia
Nacional de Historia", N. 185, 2011, pgs. 33-48)
"Vuelta a la región más transparente" ("Vanguardia", mayo 2012)
En la
colección de cuadernos mínimos de la Casa de la Cultura ecuatoriana han
aparecido dos títulos suyos de crítica:
Del
ensayo y la crítica.Palabra de pintores. Artistas de América de Marco
Antonio Rodríguez
(2010)
Sobre
la novela histórica y una novela sobre los Agostos quiteños
(2012)
Muy
tempranamente intelectuales y escritores importantes reconocieron esta
tarea crítica. "Algún día -cuando superemos la doméstica estrechez de
nuestro mundillo intelectual (cargado de temores reverenciales, envidias
y horror ante lo nuevo)- los ecuatorianos tendremos que agradecer el
aporte invaluable que ha realizado Hernán Rodríguez Castelo en favor del
conocimiento y divulgación de nuestra literatura". Miguel Donoso Pareja,
en el estudio preliminar de "Timoleón Coloma" (Edit. "El Conejo", 1984).
Rodolfo Pérez Pimentel, en su Diccionario biográfico del Ecuador
(tomo V, 1988), lo reconoció "El crítico mayor de nuestra
contemporaneidad".
El
gran intelectual, novelista, ensayista y estudioso de la literatura
ecuatoriana, Alejandro Carrión, escribió: "Don Isaac Barrera y don
Hernán Rodríguez Castelo, creadores de nuestra historia de la
literatura" (en su Antología general de la poesía ecuatoriana durante
la colonia española).
Y
Marco Antonio Rodríguez, en el cuadernillo que le dedicó la Casa de la
Cultura Ecuatoriana Hernán Rodríguez. El hombre y su obra, tentó
esta suma valorativa: "Pensadores, ensayistas, historiadores,
narradores, artistas plásticos de todos los tiempos están en deuda
impagable con Hernán Rodríguez Castelo. Su monumental Historia
general y crítica de la literatura ecuatoriana, contenida en
millares de páginas constará entre lo más encumbrado de nuestra cultura.
Capítulos inéditos o subvalorados de nuestra nación, todas buidas de
inteligencia y belleza, se erigen como soporte único de nuestra
historia. Digo -y lo sustento- que Ecuador es más un quehacer que un
logro, un trance de ser antes que una identidad. Obras como las de
Hernán son aportes excepcionales para que cuajemos en nación". |